sábado, 12 de octubre de 2013

CULTIVOS. GUÍA DE AGRICULTURA ECOLÓGICA DE CULTIVOS HORTÍCOLAS AL AIRE LIBRE

GUÍA DE AGRICULTURA ECOLÓGICA DE CULTIVOS HORTÍCOLAS AL AIRE LIBRE

GUÍA DE AGRICULTURA ECOLÓGICA DE CULTIVOS HORTÍCOLAS AL AIRE LIBRE (E-5). Serie: Guías de Agricultura Ecológica del Proyecto mayas.

ANEXOS

ANEXO I.- Recomendaciones prácticas de producción
ecológica para las solanáceas.

Desde el punto de vista botánico ésta es una familia cosmopolita de hierbas y
arbustos. Las flores tienen los pétalos generalmente soldados formando corolas
estrelladas, bien sean llanas como el tomate y patata, acampanadas como la
mandrágora o tubuladas como el tabaco. El fruto suele ser una baya o una cápsu-
la. Es característica la riqueza en alcaloides de muchas de sus especies.

Agronómicamente destacan las siguientes especies: patata (Solanum tubero-
sum), tomate (Lycopersicum sculentum), berenjena (Solanum melongena), pimien-
to (Capsicum nahum) y tabaco (Nicociana tabacum).

Las solanáceas comestibles cultivadas son plantas típicamente de verano, es
decir: se siembran en primavera y se cosechan durante el verano, aunque agronó-
micamente admiten un forzado (acolchado, cubierta con manta térmica o con
tunelillos de polietileno, que las adelantan con más o menos intensidad.

PIMIENTO.

Cultivo:

- No debe repetirse el cultivo al menos en 3 años en la misma parcela.
- El cultivo va bien en una rotación después de cereal, cebolla, judía o, habas.
- Por lo general no debe seguir a solanáceas o cucurbitáceas.
- Hay que aportar estiércol o compost maduros, con antelación y abundancia.
- Durante el cultivo se aplicarán fertilizantes de absorción rápida como el humus
de lombriz o la gallinaza bien compostada.

Son posibles dos ciclos de cultivo:

- El temprano se trasplanta en la primera quincena de marzo bajo estructuras
de protección, que hace años eran de paja y actualmente suelen ser de plás-
tico transparente.

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- El ciclo de temporada se transplanta en la primera quincena de abril y gene-
ralmente no requiere protección.

El ciclo del pimiento es muy largo, pudiendo llegar sin problemas hasta las pri-
meras heladas. Por ello hay agricultores aficionados a realizar podas a ras del sue-
lo, para que pase el invierno y conseguir que las plantas rebroten en primavera, tal
y como ocurre también con otras plantas de la familia de las solanáceas como
tomate y berenjena.

Normalmente después de realizar el trasplante se debe dar un riego (riego de
plantación) y aproximadamente a los diez días otro tras haber realizado la reposi-
ción de marras. Después conviene dejar que el cultivo pase algo de sed porque así
se obliga a que las raíces profundicen buscando agua y que el sistema radicular se
haga más vigoroso y fuerte, hasta que aparezcan las primeras flores y la planta se
equilibre. Si se quitan los chupones o brotes vigorosos, la savia beneficia a las flores
frutos.

Conviene plantar arriba de caballones evitando que el agua de riego llegue el
cuello de la planta. En las parcelas con riego localizado también hay que tener cui-
dado con las humedades que favorecen la evolución de enfermedades criptogá-
micas y sobre todo de la tristeza o seca (P capsici). Es aconsejable el acolchado
con plástico negro o con paja de cereal como control de adventicias. El pimiento
necesita entutorado de las plantas cuando estas son grandes.

Para recoger semillas para próximas siembras se deben elegir las mejores plan-
tas (que se marcarán con cañas), de las que se recogerán los mejores pimientos
cuando estén bien maduros. La extracción de las semillas suele ser en fresco, dejan-
do secar después a la sombra y guardándolas posteriormente en condiciones ade-
cuadas, ya que el pimiento pierde rápidamente el poder germinativo y en un par
de años la germinación nada más llega al 50%.

Sanidad: hay que evitar las situaciones desfavorables en los planteles, como la
humedad elevada o las temperaturas frescas y que se alargue la fase de produc-
ción porque puede dar lugar a plantas débiles o, en otros casos, endurecidas.

Entre los problemas fitosanitarios cabe destacar por su importancia:

- Phythophtora capsici: en el momento del trasplante y durante el cultivo hay
que evitar que el agua moje el cuello, por el peligro que supone este hongo.
Cuando se dan las condiciones o aparecen síntomas es conveniente hacer
tratamientos preventivos con cobre.
- Mosca blanca: Trialeurodes vaporariorum es una plaga de poca importancia,
pero si se trata de Bemisia tabaci, el peligro reside en su alta capacidad de
transmisión de virus. En invernadero se puede practicar control biológico
mediante sueltas del parásito Encarsia formosa que realiza un buen control.

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ANEXOS

También son efectivos los tratamientos con aceites o con jabones potásicos.
Además, se pueden intercalar plantas trampa que son preferidas por la mos-
ca blanca, como el tabaco.

- Orugas: si se detecta su presencia es conveniente tratar con Bacillus thurin-
giensis durante la fase de estadios juveniles.
- Los virus pueden mermar mucho el potencial de las plantas y hasta la cose-
cha, aunque sólo sea por los destríos que pueden llegar a ocasionar. Dado
que no se puede luchar contra estas afecciones, cabe implementar medidas
preventivas y de control de insectos vectores para evitar su incidencia.

Variedades y semillas: la floración se inicia antes en días cortos y con elevadas
temperaturas nocturnas. Las temperaturas nocturnas bajas se pueden producir fru-
tos con poca cantidad de semilla. Suele ser autógama, aunque puede darse cier-
to grado de alogamia.

Para la extracción de semilla se pueden utilizar dos métodos diferentes: extrac-
ción húmeda y extracción seca. Los frutos grandes y carnosos se extraen por el
método húmedo, pero sin fermentación, de forma semejante a la berenjena. Los
frutos menudos y poco carnosos, se pueden secar bien al sol y las semillas se pue-
den extraer en seco.

El peso de 1000 semillas es aproximadamente de unos 3.5 gramos en los
pimientos menudos y picantes y de 5 gramos para los grandes y dulces.

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ANEXO II.- Recomendaciones prácticas de producción
ecológica para las leguminosas.

Más de 16.000 especies comparten las características básicas de las leguminosas:

- Flores generalmente pentámeras y hermafroditas.
- El fruto, llamado legumbre, suele ser seco y dehiscente, se abre en dos valvas,
y muestra las semillas que suelen ser de forma reniforme.
- Las leguminosas tienen la capacidad de formar nódulos en las raíces con
bacterias del género Rhizobium, estableciendo una relación de carácter sim-
biótico, gracias a la cual adquieren la capacidad de fijar nitrógeno del aire,
lo que les permite vivir sobre suelos pobres en nitrógeno e ir enriqueciéndolos.

La familia está dividida en tres subfamilias: Mimosáceas, Cesalpináceas y Papi-
lionáceas. Las Papilionáceas, también llamadas fabáceas, reúnen unas 10.000
especies entre las que hay muchas de interés alimentario, medicinal, forrajero e
industrial.

Las forrajeras más conocidas son: alfalfa (Medicago sativa), veza (Vicia sativa),
soja, y trébol (Trifolium sspp.)

Las leguminosas alimentarias aportan las proteínas necesarias para equilibrar en
la dieta los hidratos de carbono que suministran los cereales. Para la alimentación
humana destacan: las habas (Vicia faba), garbanzos (Cicer arietinum), lentejas
(Lens culinarios), las judías blancas (Phaseolus vulgaris), o las rojas (P coccineus), los
guisantes (Pisum sativum), los fesolets (Vigna ungiculata), los cacahuetes (Arachis
hypogaea), la soja (Glycine max) y los altramuces (Lupinus albus).

Los tipos comerciales existentes son diversos y agrupan a diversas especies
como: judía común (Phaseolus vulgaris), judía escarlata (Phaseolus multiflorus), judía
de Lima o garrafón (Phaseolus lunatus) y judía careta (Vigna sinensis).

Judía de grano: el cultivo de judía de grano es muy frecuente y es la base de la
gastronomía propia de cada comarca. El grano es rico en hidratos de carbono y
en proteínas (hasta un 24%). Su calidad depende de la suavidad del tegumento
que le recubre, del contenido en cal del terreno en el que se ha criado, registrán-
dose las mejores en terrenos con poca cal. Los tiempos de cocción culinaria
dependen de la edad del grano, de la zona de producción y de las características
climáticas experimentadas en la fase de maduración, pero sobre todo de la varie-
dad. En este punto hay que indicar que en el estado español existe una cantidad
extraordinaria de variedades de gran calidad, casi puede afirmarse que cada loca-
lidad tiene su propia variedad.

El color del grano es muy variado, desde blanco completo hasta negro, pasan-
do por el gris, violeta y todo tipo de manchas, con tamaño de grano de pequeño

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ANEXOS

a grande, y porte de la planta de mata baja o de entutorar. La forma clásica de
conservación es la desecación.

Otro aprovechamiento es el consumo en verde de vainas y granos cuando aún
no están secas, pero ya han llegado a su desarrollo completo.

Por último la paja de las judías tiene aprovechamiento para completar las racio-
nes alimentarias del ganado, tiene más valor nutritivo que la paja de los cereales y
puede sustituir parcialmente a la alfalfa.

Judía tierna: la judía tierna agrupa un conjunto de variedades que bien han sido
seleccionadas concretamente para aprovechar el consumo de sus vainas, o bien
son judías de grano que en un estado juvenil también se pueden aprovechar por
las vainas. Pueden ser plantas de mata baja o de porte elevado que necesita enra-
me o entutorado. Las vainas se pueden agrupar según sean redondas (conocida
comúnmente como de tipo Boby) o planas (como la garrafal, mantequilla o Bue-
nos Aires). Se han de cosechar en el momento en que son tiernas y no tienen hilo.
Las variedades también se pueden clasificar en función de su precocidad. Pueden
conservarse tanto con frío como en un líquido de gobierno y decocción.

Cultivo: la judía es buena precedente para otros cultivos. Pero ella no debe
repetirse en un intervalo de tres o cuatro años en la misma parcela para evitar pro-
blemas fitosanitarios. Va bien detrás de un abono verde, preferentemente de crucí-
feras, verduras de invierno o patata.

Se asocia bien con zanahoria, apio, col, lechuga, calabaza y maíz; con estas
dos últimas especies, en América Central, se forma una triple asociación llamada
“las tres hermanas” que es la base alimentaría de las poblaciones indígenas. No va
bien con el ajo, cebollas y perejil.

No soporta lo estiércol fresco. En función de la fertilidad del suelo, no se abona
con materia orgánica o se aporta un poco de compost bien hecho, a razón de 10
t/ha). Hay que tener presente que las judías de grano son más exigentes en nitróge-
no que las tiernas. Se debe aprovechar y favorecer su capacidad fijadora del nitró-
geno atmosférico por la asociación que establecen con las bacterias del género
Rhizobium.

Las judías son muy sensibles a los fríos, por ello conviene sembrarlas cuando
aumenta la temperatura del suelo y desaparece el riesgo de heladas. También hay
que evitar los calores excesivos y los vientos secos, sobre todo en la época de flo-
ración.

Hay que preparar el suelo de forma que quede con adecuada humedad, muy
oxigenado y con temperatura suficiente, ya que estas condiciones aseguran una
buena germinación. Se siembran de sazón y no se vuelven a regar hasta después
de la emergencia, ya que la humedad excesiva en la fase de germinación puede

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producir pudriciones; además si se vuelve a regar o llueve se forma una capa dura
en el suelo (costra) que dificulta en gran manera la emergencia.

Hay que utilizar semilla sana, (algunas enfermedades se transmiten por la mis-
ma), y con buen poder germinativo. La profundidad de la siembra depende de la
textura del terreno: si éste es arcilloso, la profundidad debe ser de 2 cm y si es are-
noso, de 6 cm; y de la humedad del mismo: si no hay mucha humedad se debe
sembrar más hondo.

Normalmente la siembre se realiza a golpes, separados 30 o 40 cm en la línea
y con dos o tres semillas por golpe. La separación entre líneas varía según la varie-
dad: si es de mata baja, 60 cm; y si es de mata alta, 80-100 cm.

Son plantas sensibles a los excesos de humedad, por lo que el agua embalsa-
da daña las plantas en pocas horas. No debe mojarse el pie de las plantas. Las
necesidades de agua son mayores en la época de floración, a partir de este
momento los riegos serán regulares y continuos.

Prefiere los suelos francos a los arcillosos, los arenosos no son muy recomenda-
bles si no son ricos en materia orgánica.

Según el hábito de crecimiento de las variedades se entutoran o no. Requiere
un suelo limpio de adventicias antes de establecerse porque no les gustan las
escardas.

Sanidad: en general tienen pocos problemas, las enfermedades suelen ser por
errores cometidos durante el cultivo. Hay que vigilar las zonas húmedas de la par-
cela.

Los pulgones y la mosca blanca se deben controlar, si suponen un problema,
con aceite parafínico o jabón. Los ácaros pueden representar un peligro y debe
controlarse con azufre.

Variedades y semillas: la mayoría de las variedades de judía (Phaseolus vulga-
ris) son de día neutro, aunque hay alguna de día corto. Las flores son autocompati-
bles y autógamas, aunque tienen un cierto grado de polinización cruzada.
Para la obtención de semilla se recomienda una separación de variedades de
unos 50 metros para evitar los cruzamientos. Hay que seleccionar como reproduc-
tores los individuos que conserven mejor las características de la variedad.
La semilla se debe recoger de la planta cuando las primeras vainas se secan y
el resto adquieren una coloración amarillenta. Hay que tener cuidado de no retra-
sar la recolección, porque podrían haber pérdidas por desgranamiento de las vai-
nas. También hay que tener en consideración que las variedades entutoradas
maduran más despacio que las de mata baja. Por lo que hay que recoger en varias
pasadas o arrancar la planta y dejar que se seque.

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ANEXOS

La extracción de la semilla es una extracción seca y se obtienen una media de
250 gramos por cada 1000 semillas, aunque puede llegar a ser superior a 600 gra-
mos en algunas variedades.

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ANEXO III.- Recomendaciones prácticas de producción
ecológica para las liliáceas.

Familia cosmopolita que agrupa numerosas especias de las que agrícolamente
destacan: la cebolla (Allium cepa), el ajo (Allium sativum), el ajo puerro (Allium
porrum) y los espárragos (Asparagus officinalis).

Botánicamente son geófitos, es decir, hierbas perennes o bianuales, capaces de
soportar la época desfavorable gracias a la pérdida de la parte aérea, mientras
conservan sustancias de reserva en sus órganos subterráneos, raíces, tallos (rizomas,
tubérculos) o hojas (bulbos).

El ajo y la cebolla son originarios de Asia central y se conocen en el mediterrá-
neo hace al menos 4000 años. Tienen unas propiedades particulares que provienen
de una sustancia llamada aliína, que tienen efecto bactericida y tal vez repelente
y biocida, de la que actualmente se preparan formulaciones para control de pla-
gas.

CEBOLLA.

Cultivo: va bien después de patata, pimiento, berenjena, melón, pepino, coli-
flor, lechuga y judía. No debe seguir al ajo, puerro y cebolla. Se asocia bien con
lechuga, zanahoria y tomate.

Si sigue a un cultivo bien fertilizado no es necesario realizar aportaciones especí-
ficas ya que además de no tolerar la materia orgánica fresca, se favorecen las
pudriciones y se reduce la conservación de los bulbos.

En terrenos pobres se pueden aportar 30-40 t/ha de estiércol bien hecho, o la
mitad de compost, con más de un mes de antelación. El exceso de nitrógeno las
perjudica, aparecen bulbos dobles y se dificulta la conservación.

La siembra directa no es demasiado efectiva, aunque cada vez hay maquina-
ria más adecuada. El transplante puede ser manual o mecanizado.
Son muy necesarias las escardas, ya que crece despacio y no la benefician las
adventicias.

Los riegos deben ser regulares y hay que tener en cuenta que mucha agua difi-
culta la conservación y poco agua (estrés por deficiencia) aumenta el picor.

Unos días antes de la recolección es normal doblar el cuello de las plantas, que
se deben arrancar en días secos y se dejan orear antes de guardar.

Sanidad: el problema más relevante es el mildiu, sobre todo en épocas de alta
humedad ambiental. Conviene prevenirlo mediante aplicaciones de formulados de
cobre y otros productos que endurecen las hojas.

100
ANEXOS

Variedades y semillas: para la producción de semilla de cebolla se emplean
dos métodos: el método semilla para semilla y el de bulbo para semilla. Con este
último se recoge el bulbo en la misma época que el bulbo comercial y se deja
secar (junto a la parte aérea) y se vuelven a trasplantar los seleccionados después
del invierno.

Para que florezca la cebolla precisa de vernalización, en mayor o menor grado
dependiendo del cultivar de que se trate. Es importante asegurar la cobertura de las
necesidades de frío para los bulbos que se van a emplear en la reproducción vege-
tativa.

La flor de la cebolla nace en umbela y es polinizada por insectos. La distancia
a respetar entre variedades es importante. Las inflorescencias se recogen cuando
el 5% de las cápsulas tienen las semillas maduras, es decir son de color negro y se
pueden ver a través de las cápsulas plateadas. La recolección puede ser escalo-
nada o toda al mismo momento. Las cabezas de semillas se cortan y se secan
encima de lonas. Cuando están secas las semillas se pueden sacar de las cápsu-
las rozándolas entre las manos. También pueden trillarse evitando dañar la semilla
que es muy sensible. Después se limpian con cedazos y aire. Se pueden seleccio-
nar las semillas por flotación en agua: las semillas buenas se hunden, mientras que
las malas y los restos de la trilla flotan.

El peso aproximado de 1000 semillas es de 3.6 gramos.

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ANEXO IV.- Recomendaciones prácticas de producción
ecológica para las compuestas.

Esta familia representa el grupo de plantas más numeroso y evolutivamente más
avanzado. Encuadra especies de diferente morfología y requerimientos ecológicos.
Agrícolamente destacan: lechuga (Lactuca sativa), alcachofa (Cynara scolymus),
girasol (Helianthus annuus), escarola (Cichorium endibia) y achicoria (C. intybus),
además de otras plantas culinarias, ornamentales y medicinales.

LECHUGA.

Cultivo: no es conveniente repetirla todos los años en la misma parcela. Es un
cultivo adecuado para llenar vacíos entre cultivos principales. Va bien después de
patata, maíz o remolacha.

La lechuga de verano puede ir antes de los pimientos. Si es de invierno, antes de
zanahoria o nabo. Hay que evitar como precedente lechugas, rábanos y coles. Se
puede asociar con pimiento, judía, tomate, col, remolacha y cebolla.

La fertilización la recibe generalmente del cultivo anterior. El exceso de nitróge-
no provoca un vacío interior del cogollo y engrosamiento de las hojas.

La plantación se realiza con plántulas que deben tener 6-8 hojas y entre 10-15
cm. de altura. En las primeras etapas del cultivo se adapta bien al riego por asper-
sión.

En verano puede subir a flor rápidamente, entre otras causas, si no se riega con
frecuencia o no se mantiene la humedad en la tierra.

Las lechugas tipo romana u oreja de burro, normalmente se atan unos 10 días
antes de su recolección para blanquear las hojas. Otras variedades forman cogollo
solas.

Sanidad.
Para evitar o reducir problemas de Botrytis hay que ampliar el marco de planta-
ción y reducir o controlar las humedades. Se puede aplicar lithotane para endure-
cer las plantas.

Para evitar el mildiu hay que ventilar bien en los planteles y en campo prevenir
con oxicloruro de cobre.

Da buen resultado el tratamiento con purín de ortigas para endurecer las plan-
tas y reducir los problemas de oidio. También los tratamientos con azufre son muy
eficaces.

102
ANEXOS

Para los pulgones va bien el aceite parafínico o el jabón de potasa. Además
existen afortunadamente numerosos depredadores y parásitos.
Siempre que sea posible se debe evitar la alta humedad que favorece el ata-
que de caracoles al cultivo. En caso de que aparezcan se puede optar por la reco-
gida manual, aunque también está autorizado provisionalmente el trifosfuro de hie-
rro.

El tip-burn es una fisiopatía relacionada con los desequilibrios hídricos y falta de
calcio. Además hay una clara influencia varietal.

Variedades y semillas.

La inflorescencia de la lechuga es un capítulo que tiene unas 24 flores, muy
adaptadas para la autopolinización, por lo que la cosecha es prácticamente auto-
fecundada, aun así puede haber cierto grado de cruzamiento entre diferentes
variedades y también con la lechuga espontánea L. serriola.

La separación mínima recomendada entre dos variedades diferentes es de 20
metros, ó con una barrera mecánica.

En el caso de variedades acogolladas es conveniente hacer un corte al cogo-
llo para permitir que éstas puedan espigar, siempre y cuando el corte no dañe el
punto de crecimiento de la espiga.

El tiempo que tarda en madurar la semilla desde que florece el capítulo es de
12 a 21 días, acelerándose el proceso con temperaturas elevadas. Como la flora-
ción es escalonada, para evitar el desgranamiento, es normal cortar las plantas
cuando hay un 50% de los capítulos ya con semilla madura.

La extracción de la semilla se lleva a cabo agitando el capítulo dentro de un
recipiente, si esta operación se repite cada dos o tres días obtenemos la máxima
producción de semilla. El peso de 1000 semillas varía entre 0.6 y 1 gramo depen-
diendo del cultivar.

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ANEXO V.- Recomendaciones prácticas de producción
ecológica para las rosáceas.

La familia de las Rosáceas se encuentra distribuida por casi todo el planeta, pero
especialmente por las zonas templadas del hemisferio boreal. La mayor parte de las
Rosáceas son arbustos y árboles, aunque también hay lianas y hierbas.
Las hojas pueden ser simples o compuestas, pero generalmente alternas y den-
telladas con dos estípulas persistentes. Las flores tienen simetría radial y son herma-
froditas, tienen 5 sépalos, 5 pétalos libres y numerosos estambres, que producen
abundante polen, acompañado o no de néctar, lo cual hace que sean muy visita-
das por los insectos. La polinización es entomófila y poco especializada.

FRESA Y FRESÓN.

La fresa es una planta vivaz, con hojas compuestas de tres folíolos de color ver-
de intenso, que pueden ser brillantes o mates, y velludas o lisas según variedades.

En la base de la corona de hojas hay yemas con capacidad para convertirse en
nuevas hojas, flores o unos tallos finos y rastreros, llamados “estolones”, los cuales tie-
nen unos nudos donde aparecen nuevas hojas y raíces, dando lugar a nuevas plan-
tas unidas por este tallo que acaba secándose y separando las nuevas plantitas for-
madas.

Las flores son hermafroditas y una vez se ha producido la fecundación el recep-
táculo floral crece formando una masa carnosa que acumula azúcar y cambia de
color, del verde al rojo más o menos intenso. A la vez que crece el receptáculo flo-
ral, los ovarios fecundados se transforman en frutos que quedan incluidos en la
superficie formando todo el conjunto la fresa.

Las fresas y fresones soportan diversas situaciones climáticas, pero su hábitat
natural se encuentra en las zonas frescas, aunque hay cultivares adaptados a regio-
nes cálidas. La parte vegetativa es resistente a las heladas, pero las flores son sensi-
bles y quedan destruidas con temperaturas por bajo de los 0o C.

La mayor parte de las variedades necesita acumular una determinada cantidad
de horas frío (por debajo de 7o C) en el período de letargo para poder entallecer y
formar un número adecuado de hojas y tener una producción normal.
Las diversas variedades se pueden agrupar en función de su respuesta a las exi-
gencias fisiológicas:

- Variedades no reflorescentes, es decir con una sola floración. Responden con
más floración al estímulo del día corto.
- Variedades reflorescentes: aquellas de floración continuada que responden
con floración al día largo.

104
ANEXOS

- También se pueden encontrar plantas que producen “estolones” y otros que
no lo hacen.

En función del tipo de planta que se emplee, la plantación puede ser de dife-
rentes modalidades.

La temperatura óptima de crecimiento está en 23o C; temperaturas por debajo
de 12o C durante el cuajado de las flores pueden ocasionar deformidades en los
frutos; temperaturas elevadas en la recolección producen sobremaduración, afec-
tando a la calidad comercial de la cosecha.

Es un cultivo sensible a la salinidad del agua y del suelo. No le va bien la tierra
con agua embalsada, a la que es muy sensible, por lo que hay que esmerarse
mucho en los riegos.

En tierras muy fuertes y arcillosas da cosechas menudas con frutos ácidos y
pocos dulces; en tierras con mucha cal las plantas viven mal y acaban cloróticas
por falta de hierro; en tierras muy arenosas la fruta es temprana pero poco perfu-
mada. Las mejores tierras son las francas y con un buen nivel de materia orgánica.

Cultivo: como es un cultivo plurianual, el primer año se debe preparar bien el
terreno y aportar, con bastante antelación, una cantidad importante de materia
orgánica (60-70 t/ha), después cada año por el mes de marzo se aportarán 30t/ha
adicionalmente. Le va bien el estiércol bastante hecho y se debe evitar la gallinaza
por ser de reacción demasiado rápida y salina.

Para minimizar los problemas de clorosis férrica, se puede añadir al estiércol, en
el proceso de compostaje, sulfato de hierro para que se formen quelatos protecto-
res.

Las prácticas culturales propias de este cultivo son:

- Replantar las faltas producidas en cualquiera sistema de plantación.
- Eliminar la floración a finales del verano, con el objetivo de que las plantas
acumulen reservas para crecer bien en la primavera siguiente y que den más
cosecha.
- Eliminar estolones en otoño, si no se han de aprovechar para nuevas planta-
ciones, para mantener la plantación controlada.
- Escardar frecuentemente para mantener el suelo limpio de adventicias.
- Regar de forma esmerada. El momento más importante es después del trans-
plante y hasta que las plantas quedan bien arraigadas.
- Regeneración de plantaciones: se trata de una limpieza de hojas viejas y
poda de matas para lograr una brotación enérgica en el siguiente año de cul-
tivo.

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GUÍA DE AGRICULTURA ECOLÓGICA DE CULTIVOS HORTÍCOLAS AL AIRE LIBRE

- Polinización: práctica de gran interés para asegurar una adecuada fecunda-
ción y un óptimo desarrollo de las infrutescencias. Si no hay suficientes insec-
tos polinizadores, (algo que ocurre en parcelas próximas a otras que se tratan
frecuentemente con plaguicidas), es conveniente instalar en los campos col-
menas de abejas.
- Cubrir el suelo con paja o láminas de polietileno para evitar que los frutos
toquen la tierra y se ensucien. Además esta práctica presenta otras ventajas
como: la disminución de la evaporación en verano; el efecto termorregula-
dor; la reducción de los efectos de heladas de escasa repercusión; y la limi-
tación de emergencia de flora arvense y plantas adventicias. Entre los mate-
riales que se pueden emplear, de acuerdo con el CAECV: mejor la paja de
arroz que el plástico negro, aunque éste es de manejo más fácil.

El momento oportuno de la recolección es variable según la variedad de que
se trate y el mercado al que se dirija la producción. Desde que comienza a apare-
cer el color rojo hasta la maduración comercial pasan un par de días, por lo que
hay que recolectar cada dos o tres días. La calidad organoléptica y la conserva-
ción del fruto dependen de las condiciones de recolección, así debe cosecharse
con tiempo seco y durante las primeras o últimas horas del día, cuanto los frutos
están frescos, nunca en las horas centrales del día.

Los fresones se cosechan con cáliz y un trozo de pecíolo, evitando tocar los fru-
tos, se pellizca el pedúnculo. Las fresas por contra se cosechan sin cáliz, hay que
estirar el fruto sin oprimirlo ni romper la inflorescencia.

Sanidad: fresas y fresones son sensibles a las heladas y rocíos fuertes, así como
al exceso de calor y las lluvias persistentes.

Entre las plagas cabe destacar:

- La rosquilla negra (Spodoptera littoralis): sus larvas son grandes comedoras de
hojas en el cultivo; son un problema desde mayo hasta octubre; hay que
seguir la aparición de adultos con feromonas y tratar con Bacillus thuringiensis
las primeras fases de la plaga.
- La carcoma de la fresa (Anthonomus rubi): coleóptero que realiza la puesta en
los botones florales provocando la desecación y marchitamiento de los mis-
mos. No es muy frecuente y se puede controlar con pelitre.
- Pulgones: frecuentes en cualquier cultivo, se pueden controlar con fauna auxi-
liar, y en caso de necesitar más ayuda, se puede emplear jabón potásico y
los aceites parafínicos.
- Araña roja (Tetranychus urticae): muy frecuente sobre todo en cultivos conven-
cionales en los que los tratamientos con pesticidas estimulan su multiplicación.
En cultivo ecológico es menos frecuentes, pero no se debe bajar la guardia.
Se puede controlar con aplicaciones de azufre en los casos en que los ene-
migos naturales no sean suficiente.

106
ANEXOS

Entre las enfermedades se destacan las siguientes:
- Enfermedades de raíz y cuello, (Phytophthora cactorum, Verticillium sspp.,
Fusarium, Rhizoctonia, Pythium): son hongos patógenos del suelo que hay que
evitar con una rotación de cultivos conveniente, aportaciones regulares de
estiércol y prácticas culturales preventivas que favorezcan un estado de sani-
dad adecuado.
- Oidiopsis (Sphaeroteca macularis): hongo de las hojas, que cuando están
afectadas se doblan y muestran una pelusa blancuzca. Los tratamientos con
azufre son muy eficaces.
- Podredumbre gris (Botrytis cinerea): este hongo produce la pérdida de los fru-
tos cerca de la recolección. Se presenta en condiciones de elevada hume-
dad y temperaturas suaves. Su control no es fácil, por lo que conviene evitar
las plantaciones densas y mal ventiladas, así como las situaciones con exce-
so de agua.

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ANEXO VI.- Recomendaciones prácticas de producción
ecológica para las cucurbitáceas.

Familia típica de países cálidos, de gran importancia por los frutos comestibles muy
apreciados, como: melón (Cucumis melo), sandía (Cucumis lanatus), pepino
(Cucumis sativus), calabaza (Cucurbita pepo), calabacín vinatero (Lagenaria sice-
raria), y otras especies más locales como el alficós (Cucumis flexuosus).

La mayoría de las cucurbitáceas tienen flores unisexuales sobre el mismo pie.
Hay que tener en cuenta que suele producirse una elevada fecundación cruzada
entre variedades, incluso entre algunas especies, lo que en ocasiones genera pro-
blemas.

SANDIA Y MELÓN.

Son cultivos principales de primavera-verano, sus necesidades y problemas son
muy parecidos, por lo que se exponen a continuación aspectos generales y comu-
nes a ambos.

Cultivo: son precedentes favorables: ajo, cebolla, maíz y otros cereales. Son pre-
cedentes indiferentes: apio, zanahoria, coles, lechuga, guisante, pimientos. Prece-
dentes dudosos o no aconsejados: otras cucurbitáceas (pepino, calabacín,...) y las
solanáceas muy exigentes (tomate, patata, tabaco,...).

Sería interesante un abono verde como cultivo precedente, aunque de todas
formas es necesario aportar una cantidad importante de estiércol o compost antes
de la siembra o plantación y realizar una segunda aportación a mitad del cultivo.

En cultivo de secano era tradicional abrir un hoyo o agujero de plantación en el
que se aportaba previamente un capazo de estiércol muy maduro.

La plantación o siembra se realiza normalmente sobre bancales, a un marco
variable de 1,20 a 2 m. entre calles, y de 0,50 a 1,20 entre plantas para melón, y
1,5 a 2 m entre calles y 1,20 a 1,80 entre plantas para la sandía.

Los ciclos de cultivo son diversos: destaca el temprano, con siembra en plantel,
trasplante en tunelillo de plástico y recolección en junio-julio; y el de estación, con
siembra directa, sin protección climática y recolección en julio-septiembre.

La poda es más importante en melón que en la sandía, se realiza para favore-
cer la aparición de brazos laterales en las primeras fases de crecimiento; también
se despunta cuando la vegetación es vigorosa y hay numerosos frutos cuajados. El
melón puede cultivarse también entutorado.

La escarda es importante en ambos cultivos. También se puede cubrir o acol-
char el caballón (bancada o meseta) y protegerlo así de la emergencia de flora
arvense o adventicia; además esta práctica favorece el mantenimiento de la
sazón.

108
ANEXOS

Sanidad. se pueden presentar pulgones y si no hay un control natural suficiente
se puede intervenir con jabón potásico o aceites parafínicos.

En las primeras fases de cultivo los gusanos grises (pardeta) pueden ocasionar
daños en la base de las plantas. Se puede emplear algún cebo para su control.

La araña roja puede ser problemática sobre todo en veranos calurosos. Si es pre-
ciso intervenir se puede emplear azufre.

Fusarium y Verticilium son hongos vasculares de difícil control, aunque con la
técnica del injerto sobre pie de calabaza se minimiza su afección.

Para evitar el oidio, siempre que sea posible se debe elegir material tolerante o
resistente. El azufre puede ayudar a resolver la situación.

El mildiu puede aparecer en condiciones de alta humedad ambiental. Convie-
ne tomar medidas preventivas, entre las que cabe citar los tratamientos con oxiclo-
ruro de cobre.

Variedades y semillas: en la elección de las variedades “el mercado manda”,
pero siempre que se pueda se debe optar pro las locales y tradicionales que nor-
malmente están mejor adaptadas a las características de cada zona.

En el caso del melón: Piel de sapo, Amarillo de Ontinyent, Blanco listado, Tendral
amarillo de Carrícola, Tendral negro de Carrícola, Tendral blanco de Guadasuar,
“Pinyonet”.

En el de la sandía: Pipa de madera, Pipa roja, Melona rallada, Melona lisa, Melo-
na de Alberic, Melona de Carcaixent.

El cultivo de melón y sandía para obtener semilla debe someterse aciertas con-
sideraciones específicas: ambas especies son neutras al fotoperiodo, pero depen-
den de la temperatura para florecer; con temperaturas por debajo de 25o C ape-
nas si sacan flor.

La polinización es entomófila, por lo tanto se precisa de la acción de las abejas
para obtener una buena producción de semilla. Debido a la facilidad de cruza-
miento de variedades, se recomienda una distancia de plantación respeto de otras
variedades de al menos 1000 metros.

El momento de la recolección del fruto para la obtención de semilla es cuando
éste está completamente maduro, lo que suele suceder, como mínimo, una sema-
na más tarde que el de la recolección para consumo. Otro criterio es: cuando las
hojas pequeñas que acompañan al fruto, blanquean.

La extracción de la semilla se hace por maceración y después se limpian con
agua y se secan inmediatamente. No se aconseja la fermentación porque disminu-
ye el poder germinativo. El peso medio de 1000 semillas viene a ser de 113 gramos.

109
GUÍA DE AGRICULTURA ECOLÓGICA DE CULTIVOS HORTÍCOLAS AL AIRE LIBRE

ANEXO VII.- Recomendaciones prácticas de producción
ecológica para las quenopodiáceas.

Familia de hierbas, matas y arbustos adaptados mayoritariamente a colonizar sue-
los salinos y/o nitrogenados. Son plantas que se polinizan por el viento, con flores
poco vistosas que normalmente abren en verano.

Las especies interesantes por su valor alimentario son: las espinacas (Spinacia
oleracea) y Beta vulgaris con sus diversas variedades: acelgas (B. vulgaris var. cicla),
remolacha blanca, (B. vulgaris var. rapa, f. altíssima) para extraer azúcar,remolacha
roja de mesa (B. vulgaris var. cruenta, f. rubra) para las ensaladas y la forrajera. (B.
vulgaris var. rapa, f. albar).

ACELGA.

Planta bianual con hojas de gran tamaño que se agrupan en forma de roseta
ascendente a partir de las pencas, y que son de gran interés en su aprovechamien-
to alimentario. El color de las hojas varía desde el verde pálido, casi amarillo, al ver-
de intenso.

La floración aparece al segundo año de cultivo. En su multiplicación se utilizan
los frutos, normalmente llamados semillas, que son glomérulos que proceden de las
flores. Dentro del glomérulo se encuentran las semillas, pequeñas, de color oscuro y
brillantes. En un gramo entran unos 60 glomérulos y la duración de su poder germi-
nativo es de unos 4 años.

Cultivo: necesita clima suave y templado, nunca caluroso para obtener buena
calidad comercial. Las heladas producen la subida prematura a flor.

El suelo debe tener un alto contenido en materia orgánica y frescura de forma
continuada, por lo que los riegos deben ser regulares y sin encharcamientos.

Las siembras se hacen durante todo al año, exceptuando los meses más fríos.
Se puede realizar directamente en el terreno definitivo o en plantel, colocando
varios glomérulos en cada golpe, aunque posteriormente se hace un aclareo y se
deja una sola planta. Aproximadamente un mes después de la siembra o trasplan-
te se escarda, con el objeto de descostrar, eliminar vegetación adventicia y recal-
zar. Después es conveniente repetir la escarda cada tres o cuatro riegos.

Las siembras muy tempranas pueden subir a flor el mismo año si han tenido frío
suficiente. Si la siembra se realiza en mayo, durante todo el año se podrán recolec-
tar hojas y al verano siguiente las plantas subirán a flor.

La recolección comienza aproximadamente a los 60 días de la siembra, pero
es máxima a los 90-100 días. Las hojas exteriores se cortan (con un cuchillo) a 2-3

110
ANEXOS

centímetros del suelo para favorecer el crecimiento de las interiores. Después de
cada corte es aconsejable regar.

Es una planta muy útil en las rotaciones, ya que puede establecerse en cualquier
época de al año y ocupa vacíos entre otros cultivos hortícolas.

Sanidad: las acelgas no tienen graves problemas fitosanitarios. Son bastante
resistentes a plagas y enfermedades.

Hay que evitar repetir cultivos con otras especias de la familia, en concreto
detrás de remolacha puede incrementarse el daño por Cercospora betícola, hon-
go que produce unas manchas redondas y oscuras en las hojas y que puede tra-
tarse de forma preventiva con preparados de cobre.

También pueden presentarse problemas con babosas y caracoles, que deben
controlarse en invierno actuando sobre los nidos en los que crían. Durante el cultivo
se puede aplicar sulfato de hierro, que es efectivo unos días, o un cebo con trifos-
furo de hierro.

111
GUÍA DE AGRICULTURA ECOLÓGICA DE CULTIVOS HORTÍCOLAS AL AIRE LIBRE

ANEXO VIII.- Recomendaciones prácticas de producción
ecológica para las umbelíferas.

Grupo de plantas que destacan por sus inflorescencias típicas, casi todas son hier-
bas de raíz más o menos engrosada. Las flores se agrupan en umbelas de aspec-
to gritón, disponen de polen y néctar, por lo que son polinizadas por numerosos
insectos poco especializados.

Las plantas cultivadas más interesantes son: apio (Apium graveolens), zanahoria,
pastenaga o carlota (Daucus carantamaula), chirivía (Pastinaca sativa subsp. Sati-
va) y perejil (Petroselinum crispum). Otras plantas condimentarias de penetrante olor
son: el anís o matalahúga (Pimpinela anisum), la angélica (Angelica archengelica),
el comino (Carum carvi), el comino castellano (Cominum cynumum) y el cilantro
(Coriandrum sativum).

ZANAHORIA.

Planta bianual, cultivada el primer año por la raíz y el segundo por la semilla. Pre-
senta las hojas en roseta, muy divididas y la inflorescencia con pequeñas flores de
color blanco o amarillo. La raíz es alargada, cilíndrica, carnosa y crujiente, puede
ser de varios colores.

Cultivo: planta de clima templado que necesita suelos ligeros, no deben ser
compactos ni pedregosos ya que perjudicarían las raíces; en suelos con cal pue-
den aparecer raíces divididas. Es sensible a la salinidad, no quiere estiércol fresco o
mucho nitrógeno. Necesita agua abundante pero no soporta los encharcamientos.

La siembra se puede hacer durante todo al año en la zona mediterránea, es de
difícil germinación, soporta mal la competencia de otras hierbas, por lo que se
recomienda hacer una falsa siembra o sembrar después de algún cultivo que deje
el suelo muy limpio. El ciclo es largo y por ello suele asociarse con otras hortícolas.

Sanidad: no tiene graves problemas fitosanitarios. Las orugas pueden controlar-
se con B. thuringiensis; si hay gusanos de alambre hay que trabajar en verano los
rincones más húmedos del campo ya que allí se refugian.

Variedades y semillas: es bianual y necesita normalmente de un período de frío
para espigar. Las plantas que espigan el primer año suelen tener la raíz menuda y
no sirven para obtener semilla. Hay cultivares de zanahoria asiáticas que son anua-
les y no precisan vernalización para florecer.

La zanahoria tiene un elevado número de fecundaciones cruzadas. La poliniza-
ción es entomófila. La separación mínima entre variedades diferentes debe ser
importante.

112
ANEXOS

Para la producción de semilla se puede optar por el método de semilla para
semilla o por el de raíz para semilla. Por ser una umbelífera, la floración y la madu-
ración de las semillas es escalonada, habiendo un orden dentro de la umbela, por
lo que la recolección de semilla se efectúa también de forma escalonada cuando
están maduras. Las semillas tienen espinas en su superficie, que pueden ser desbar-
badas. El peso aproximado de 1000 semillas es de 0.8 gramos.

113
GUÍA DE AGRICULTURA ECOLÓGICA DE CULTIVOS HORTÍCOLAS AL AIRE LIBRE

ANEXO IX.- Recomendaciones prácticas de producción
ecológica para las crucíferas.

Esta familia es fácil de reconocer por la gran homogeneidad de su estructura floral:
cuatro pétalos formando una cruz, cuatro sépalos, cuatro estambres largos y dos
cortos, y un pistilo. Tan característico como la flor es su fruto: una cápsula dividida
en dos partes por una membrana donde se sitúan las semillas; este fruto se llama
silicua.

La familia tiene numerosas especies de interés alimentario: col (Brassica olera-
cea) y sus numerosas variedades: col de Bruselas, col de cogollo, coliflor, col rizada,
bróculi, lombarda, de Milán, etc.); nabo (Brassica napus), se aprovecha la raíz por
consumo humano y las hojas como forraje, de una de sus variedades renombrada
codo, se extrae aceite de sus semillas; rábano (Raphanus sativus).

COLES.

Las coles son plantas bianuales que el primer año acumulen reservas y el segun-
do año las movilizan y producen el tallo floral. Las hojas rodean la yema o botón
principal, la acumulación de hojas comprimidas forma la cabeza o cogollo. Las flo-
res, en estado incipiente, son la parte aprovechable de la coliflor y del bróculi. Su
raíz principal es potente y el tallo raramente está ramificado.

Cultivo: agradecen la climatología suave, pero hay variedades con ciclos
adaptados casi a todo al año, ya que también soportan bien el frío. Soportan mal
la sequía y una exposición prolongada a bajas temperaturas puede provocar la
subida a flor prematura.

Para un buen crecimiento hay que buscar orientaciones con sol abundante. El
suelo debe ser consistente, son favorables los arcillosos, que retengan el agua y
estén sueltos, no soportan el pH ácido. Son cultivos exigentes en cuanto a fertiliza-
ción, necesitan abundante materia orgánica incorporada con antelación. Es con-
veniente que el cultivo precedente sea una leguminosa.

La plantación normalmente se hace con planteles criados en los viveros, si el
horticultor hace el plantel tardará unas cinco semanas en tener la planta adecua-
da para el trasplante. Los diferentes ciclos existentes para cada tipo de col hacen
que la época de siembra sea prácticamente todo al año, excepto la parte más
dura del invierno. Puede plantarse en caballones o en llano, teniendo en cuenta
que el marco de plantación influye en el peso final de la planta; si la densidad es
elevada el peso unitario será reducido, mientras que con marcos más anchos éste
aumenta.

114
ANEXOS

Dado que sus ciclos de cultivo son largos se puede asociar con otras hortícolas
como lechuga, escarola, etc., que al tener un ciclo de cultivo más corto no llegan
a competir con las coles.

Las labores de cultivo consisten en escardas y riegos. La recolección se hará
cuando las piezas estén bien compactas, o en el caso de la coliflor y el bróculi,
cuando la inflorescencia tenga el color y presencia comercial demandada.

Sanidad: entre los problemas fitosanitarios cabe citar los que ocasionan las oru-
gas, que pueden controlarse con B. thuringiensis; pulgones y mosca blanca que se
pueden tratar con aceite parafínico, azadiractina o jabón potásico.

En cuanto a las enfermedades: bacterias y mildiu pueden frenarse con aplica-
ciones de compuestos cúpricos.

Variedades y semillas: la floración en la mayoría de los cultivos de coles nece-
sita de la estimulación de las bajas temperaturas y son consideradas como bianua-
les; la única excepción son las coles de verano que no precisan vernalización y son
anuales. En lo concerniente a la polinización, la mayoría de las crucíferas son de
polinización cruzada. Todos los diferentes tipo de Brassica oleracea pueden cruzar-
se entre sí incluyendo las especies forrajeras. Por lo tanto hay que aislar los diferen-
tes cultivares con distancias tanto mayores cuanto más pura se desee obtener la
semilla.

Las crucíferas tienen gran tendencia al desgranamiento de las vainas. A medi-
da que las semillas maduran, las vainas toman una coloración marrón anaranjada,
es conveniente confirmar la madurez abriendo una muestra de las vainas más anti-
guas. El peso de 1000 semillas varía dependiendo del tipo de 2,8 g a 3,5gramos.

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GUÍA DE AGRICULTURA ECOLÓGICA DE CULTIVOS HORTÍCOLAS AL AIRE LIBRE

ANEXO X.- Recomendaciones prácticas de producción
ecológica para las gramíneas.

Son monocotiledóneas de gran éxito evolutivo, ya que están presentes en casi todos
los ecosistemas. Casi el 20% de la superficie del planeta pertenece a esta familia.

Se caracterizan por las raíces en cabellera, por los entrenudos de su tallo que hace
que se llamen cañas, las hojas abrazadoras y de nerviación paralela y las flores
agrupadas en una inflorescencia típica, la espiga.

Si consideramos el aspecto económico, a nivel mundial, esta es la familia más
importante. De las 13 especies que constituyen el núcleo alimentario de la humani-
dad: arroz, trigo, maíz, sorgo, avena, cañamiel, remolacha azucarera, patata,
boniato, soja, cacahuete, cocos y plátanos, la mitad son gramíneas. Su importan-
cia se basa en la riqueza en almidón y son por eso cultivadas de forma extensiva
en todas partes, de hecho, fue la domesticación y cultivo de los cereales la base
de la Revolución Neolítica y del nacimiento de la agricultura.

En horticultura solo consideramos el maíz dulce (Zea mays). Curiosamente esta
especie se diferencia de otras gramíneas en que tiene los dos sexos de las flores
separadas en el mismo pie.

MAÍZ.

La planta del maíz tiene diferenciadas las flores en masculinas y femeninas. Las
flores masculinas se sitúan en una inflorescencia Terminal, mientras que las femeni-
nas son axilares. El polen suele madurar dos o tres días antes que los óvulos, por lo
que hay tendencia a la polinización cruzada y producida por el viento. Por esto es
importante separar en distancia, o interponer barreras, entre variedades diferentes.

El maíz dulce tiene interés en alimentación humana, se consume en fresco, con-
serva y congelado. Agronómicamente es un poco más exigente en temperatura y
humedad que el de grano para alimentación de los animales, lo que significa que
se siembra un poco más tarde. Necesita temperaturas mínimas de 13o C y que los
riegos serán esmerados y frecuentes.

Prefiere los suelos de textura media y con buen contenido de materia orgánica.
El terreno se debe preparar para la siembra de manera que no se forme costra
superficial que dificulta la germinación y nacencia de las plantas. La mayor parte
de los cultivares son híbridos de ciclo corto.

La recolección se debe llevar a cabo cuando las espigas tengan un 45% de
humedad. Visualmente se observa un aspecto vidrioso de los granos. Las espigas
del maíz para grano seco tienen un tratamiento posterior a la recogida, se secan
dentro de jaulones para bajar la humedad y facilitar la conservación. Las semillas
no se desgranan hasta que llegan a tener una humedad del 12%.

El peso de 1000 semillas es aproximadamente de 100 gramos en los cultivares
“superdulces” y de 210 g en los normales.

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